Es un Mundial de locos. Cualquier cosa puede ocurrir, más allá de la utilización de la tecnología, con penales sorprendentes. Se trata de lo futbolístico: las diferencias se acortaron entre grandes y chicos. Sin embargo, se mantiene una tendencia: la (doble) maldición de los campeones mundiales. Alemania es la última víctima, la más resonante salida en Qatar 2022.